TGGF – Capitulo 3.

Traducido por Zariox. 

Capitulo 0003 – La Ciudad Cang Le.


La capital de la provincia Cang Qin, Cang Le, era una ciudad muy prospera. Ning Cheng recordaba muchas imágenes de su cabeza, sin embargo, era realmente la primera vez que veía la ciudad. Para Ning Cheng la ciudad le recordaba a un anciano, pues la ciudad le hacia sentir como las vicisitudes de la vida en medio de la prosperidad, exactamente igual que la fuerza de un anciano la cual le abandonaba poco a poco.

Las calles de la ciudad estaban entrelazadas entre ellas, con cada calle principal siendo ancha y espaciosa, si Ning Cheng viese la ciudad desde una vista de pájaro, se daría cuenta de que la ciudad parecía una red de araña.

En ambos lados de la calle, habían muchas tiendas y vendedores ambulantes. La mayoría de estas tiendas vendían cosas que Ning Cheng nunca había escuchado ni visto; Muchas tiendas estaban vendiendo materiales de bestias, hierba espiritual de baja calidad, e incluso había tiendas que vendían armas. Algunas de las tiendas parecían extremadamente lujosas, otras, extremadamente humildes.

Restaurantes, tiendas de ropa e incluso hoteles… Habían demasiadas tiendas para poder contarlas.

En la ciudad habían demasiados tipos de edificios, no solo había edificios con desvanes, sino que incluso había castillos de arquitectura parecida a la del este de Europa. Los edificios se mezclaban y parecía todo tan sobrenatural que llegaba a ser natural.

Ning Cheng se detuvo en una puerta de cristal, dentro podía ver un montón de armas inusuales, vio un cuchillo muy extraño, el cual vendían a una moneda de oro. Pero incluso si sumabas todo lo que tenia Ji Fei, solo llegarían a 50 monedas de plata. Una moneda de oro equivalía a cien monedas de plata. Esto significaba que con todo lo que tenían, solo podían comprar medio cuchillo.

Ning Cheng ni si quiera se atrevía a acercarse a las tiendas que vendían artefactos y elixires medicinales. Sabia que esas tiendas ni si quiera vendían por oro, el pago en ese tipo de tiendas era usar piedras de Qi. Una piedra de Qi podía cambiarse por 100 monedas de oro, incluso si aun viviese con el Clan, una piedra de Qi sería todo un lujo para ellos.

De forma similar a la ciudad, habían muchos cazadores y personas que llevaba armas entre la gente. Estas personas olían a sangre, era obvio que solían convivir con la muerte. A pesar de que estas personas parecían extremadamente peligrosas, eran aceptados y bienvenidos a Cang Le.

Ning Cheng se lamentaba mientras caminaba entre las extrañas calles de la ciudad. Cuando de repente, un chillido agudo vino del final de la calle. Una bestia cornuda montada por un joven de blanco bajaba la calle de forma descontrolada.

Las personas empezaron a esquivar y a saltar a ambos lados de la calle, para evitar ser golpeados por la bestia. La masa blanca con cuernos apareció en frente de Ning Cheng. Su velocidad de reacción era extremadamente rápida, pues fue capaz de esquivar la bestia en el instante en el que vio su sombra.

Ning Cheng se acababa de girar cuando vio que en el medio de la calle, había un niño asustado. Como todas las personas se fueron rápidamente solo quedaba el niño en medio de la calle, era obvio que no iba a escapar de la cornada.

Ning Cheng corrió hacía el niño, dándole un placaje y haciendo que los dos esquivaran a la bestia por muy poco. La bestia, que acababa de pasar rozando a Ning Cheng se detuvo de repente.

Hace un momento parecía que la bestia estaba descontrolada, pero no, la bestia podía maniobrar perfectamente.

«¿Te atreves a arruinar mi diversión? Muere.» Dijo el hombre de blanco mientras blandía un látigo de acero con el que intentó azotar a Ning Cheng.

Ning Cheng quiso esquivarlo y escapar, pero se dio cuenta de que no podría huir, pues el látigo era demasiado rápido. Había una fuerza misteriosa junto al látigo, que hacia que Ning Cheng no pudiese moverse en absoluto.

El corazón de Ning Cheng se hundió, ¿Voy a morir aquí? ¿Tan rápido? cuando de repente otra fuerza le levanto. en ese momento, el látigo se detuvo en el aire, y fue devuelto hacia atrás.

Alguien le había salvado, en ese instante Ning Cheng entendió que la bestia blanca de un cuerno no era salvaje ni se había descontrolado, que bajase la calle principal de esa manera fue un acto deliberado, un acto del dueño de la bestia. El dueño mataba a gente por diversión, y que Ning Cheng apartará a su presa, hizo que se le dañara la fiesta.

En ese momento Ning Cheng recordó una cosa que le entristeció, este lugar no es su planeta. En este mundo atacar a los demás es algo razonable. Había salvado al niño, pero había ofendido al hombre de blanco, … Que mundo tan complicado.

El hombre de blanco y su bestia blanca se enfadaron en el instante en el que vieron que alguien salvaba a Ning Cheng. Sin embargo, cuando vieron quien le salvo, su furia se calmo al instante, incluso su tono se volvió respetuoso mientras decía, «Ah, Su Jie. Este… Este es solo un vagabundo…»

El hombre de blanco bajó de su unicornio* mientras hablaba.

«Xian Yuan Kui, tu y yo no tenemos una buena relación, que este salvando parias no tiene nada que ver contigo.» Una voz clara y helada sonaba a la vez que una mujer en un vestido rosa bajaba suavemente del techo del edificio más cercano.

Ning Cheng conocía a esta mujer, es por eso, que Ning Cheng no fue a expresar su gratitud. Su nombre era Jian Su Jie, se podía decir que era el enemigo del clan Ning, es más, el clan fue destruido gracias a esta mujer.

Al ver su fría y hermosa expresión, Ning Cheng no entendía como su predecesor pudo ser descortés con ella, lo que si que recordaba Ning Cheng es que el estaba enamorado de ella. Incluso si Ning Hong Cheng era de una buena familia era estúpido intentar cortejar a una mujer prometida con alguien de sangre real. Es más, ¿Como no podía saber el que eran polos distintos? Incluso si a el le gustaba, no debería de haber hecho algo tan indecente.
Ademas, si comparamos a Jian Su Jie con Ning Hong Cheng… Este ultimo era un imbécil, un idiota. No servia para nada. Era completamente imposible reparar el daño que hizo Ning Hong Cheng, incluso si había exterminado a su familia entera, no podía hacer nada. ¿Tan difícil era imaginar que ocurriría si la molestaba? No solo su predecesor fue descortés con ella, sino que incluso fue indecente hacia ella, que le metieran en la prisión no era algo tan extraño.

El hombre de blanco, Xian Kui, se sintió completamente avergonzado al haber chocado con Jian Su Jie, sin embargo reconoció a Ning Cheng, «Ey, ¿No eres Ning Cheng? ¿No has muerto? Señorita Jian, este chico…»

Xian Kui no se atrevió a hablar mas, pues sus palabras fueron interrumpidas por Jian Jie, «No necesitas preocuparte por eso, y no dejes que tu unicornio corra de forma salvaje de nuevo.»

Al haber terminado de hablar, Jian Su Jie se giro y miró fríamente a Ning Cheng, «Si fuese tu, me agacharía en una esquina como si fuese una tortuga y nunca saldría a comprar de nuevo.»

Ning Cheng la despreciaba, por eso no prestó atención a lo que le dijo ella y se giró dispuesto a irse.

«Eh mocoso, ¿Acaso no sabes como apreciar los favores?» Grito Xian Kui al ver que Ning Cheng ignoró a Jian Jie.

Jian Su Jie estaba acostumbrada a ver a Ning Cheng hacer cualquier cosa por conseguirla, sin embargo, esta vez ni siquiera le presto atención a su salvador. Jian Jie frunció el ceño, sin embargo, no dijo nada. Ya que Xian Kui dijo lo que ella quería decir, simplemente se giro y se fue.

Ya no había duda alguna en Ning Cheng, si no puedes cultivar, o conseguir algún tipo de fuerza no puedes esperar sobrevivir mucho tiempo. ¿Como podía seguir de humor para comprar? Quería cultivar, incluso si no podía; tenia que buscar algún modo de conseguirlo. Pues su vida dependía de ello.

«Papi, ese es el chico que me salvo.» Sonó una voz ronca, pues el niño no había dejado de chillar y llorar. A Ning Cheng se le había incluso olvidado la existencia del chico, no esperaba que el niño le recodase.

El niño volvió con un hombre de mediana edad, que tenia la cara llena de cicatrices. En cuando el hombre vio a Ning Cheng, su cara parecía estar llena de pánico mientras hacía reverencias decía, «Joven amo Ning, lo siento muchísimo. Este estúpido niño ha chocado con usted. Me lo llevaré ahora mismo, no hace falta que haga nada, por favor.»

Después de eso, ni si quiera espero que Ning Cheng respondiera, cogió al niño y se fue corriendo lo más rápido que pudo.

Ning Cheng toco su cara, que seguía delgada, y sacudió su cabeza. No conocía a este hombre, pero sentía que le tenían miedo.

Un asunto tan trivial no le importó a Ning Cheng, para el, lo mas importante ahora mismo era cultivar. Si no podía cultivar tendría que recurrir a otros métodos, o huir de Cang Qin.


[NT: Así es, la bestia blanca, cornuda, etc, etc, etc era un unicornio… Que decepción.]

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